Opera para todos - Cosí fan Tutte
Personajes:
FIORDILIGI:(soprano) ALICIA SÁNCHEZ
DORABELLA: (mezzosoprano) AMPARO ZAFRA
DESPINA: (soprano) CARLA ORTEGA
DON ALFONSO: (bajo) ALFONSO BARUQUE
FERRANDO: (tenor) FRANCISCO PARDO
GUGLIELMO: (barítono) CARLOS LOZANO

FIGURACIÓN
MARÍA CASTILLEJO
NORA DJEBBOUR
SOLANCHE GÓMEZ
ALVARO LÓPEZ
HELIO MACHADO

ORQUESTA CUENCA CIUDAD DE MÚSICA

Correpetidor: CELSA TAMAYO
Iluminación: KIRA ARGOUNOVA
Director de escena y escenografía: CARLOS LOZANO
Director Musical: ALBERTO CUBERO


Temporada QCM
Concierto 37 - Cosí fan Tutte

Opera para todos

Teatro Auditorio de Cuenca Sala 1
sábado, 12 de diciembre de 2020
20:30 h

"COSÍ FAN TUTTE"

Autor: W. A. Mozart 

Libreto: Lorenzo Da Ponte

PRODUCCIÓN: CUENCA CIUDAD DE MÚSICA

Cuenca Ciudad de Música (QCM) en su 8 temporada sigue apostando por la voz como protagonista, por ello ha creado la Escuela de Ópera y el festival QNK.OPERA que ya cuenta con 5 producciones de ópera, de gran formato y que son, El Pequeño deshollinador, de B. Britten, La Flauta Mágica, La Finta Semplice y la Clemenza di Tito de W. A. Mozart y la Cenerentola de G. Rossini.

Dentro de la presente octava temporada, aborda la sexta producción operística, con una producción especial del conocido título “Così fan Tutte” donde se pondrá en valor los resultados de la Escuela de ópera, tanto en las voces como en la producción escénica y orquestal.

Nuestra nueva producción un guiño a “la ópera en tiempos de Pandemia”

Presentamos esta nueva producción operística con una actual puesta en escena donde llevaremos la música de Mozart a una sala de urgencias de un ficticio hospital donde sus médicos, enfermeros y residentes son los propios personajes de la ópera, y donde se enfrentarán a diferentes situaciones reales y ficticias que presenta el argumento de Lorenzo Da Ponte desde un puro aspecto sanitario. Haciendo un “artístico” homenaje a los profesionales de la sanidad española los auténticos héroes y protagonistas de estos momentos.

 

ARGUMENTO

Esta historia data de comienzos del año 2020, el primer cuadro de nuestra historia, se desarrolla en una sala de urgencias de un hospital cualquiera donde Ferrando y Guglielmo, dos nobles enfermeros conversan apaciblemente con Don Alfonso, un conocido y veterano jefe de médicos de Urgencias y filósofo sobre el amor, la belleza, la fidelidad, y de cómo estás características van intrínsecamente unidos a la educación y la nobleza. Don Alfonso hablando bajo el amplio manto de la experiencia insinúa hábilmente la posibilidad de que las prometidas de los dos jóvenes no sean tan perfectas y que su amor no tenga tanta solidez como juran y perjuran de manera tan vehemente. Ferrando y Guglielmo, exigen de manera apasionada pruebas de tales acusaciones amenazando la ruptura de toda amistad en caso de no obtenerlas.

Don Alfonso, fiel a su creencia, experiencia y filosofía sigue azuzando a sus buenos amigos asegurando que la fidelidad en las mujeres es como el ave fénix, que existe pero nadie sabe dónde está, provocando en los dos amantes una gran exaltación y contradicción.

Como la cosa se pone seria Don Alfonso pide pruebas de tal fidelidad existente en las dos Venus, a lo que ellos aseveran apoyándose en la educación y estudios recibidos, la experiencia, en pensamientos sublimes, lágrimas, suspiros, lamentos…Don Alfonso se apuesta con ellos 100 bitcoins  a que hoy mismo les demostrará que sus diosas son como las demás mujeres, de carne y hueso y por tanto… débiles,  Ferrando y Guglielmo seguros de sí mismos aceptan el envite pensando ya de ante mano en su victoria y en cómo van a gastar lo ganado agasajando a sus amadas con el dinero de la apuesta, aunque para ello tengan que estar todo el día bajo las órdenes del astuto filósofo…

Las dos hermanas Fiordiligi y Dorabella, las prometidas de los dos sanitarios, en uno de sus descansos de guardia, felizmente observan extasiadas de amor el retrato de sus queridos amantes, su aspecto noble y guerrero.

Entra Don Alfonso, agitado, desencajado para darles una pésima noticia, un destino cruel de gran fatalidad…

La noticia tan funesta, no es otra que la orden del estado de alarma que llama a los dos sanitarios a su servicio en el frente y que ante el imprevisto panorama se deben armar de valor y constancia. Ellas no pueden ni quieren vivir sin sus queridos y leales prometidos, les piden ante tan repentino desenlace que les arrebaten la vida, ellos orgullosos por la reacción que acaban de tener las jóvenes se burlan del jefe de médicos.

En este preciso momento rompe la idílica despedida la llegada del convoy a la lucha…

Un grupo expertos, acompañados por hombres y mujeres, ensalzan las ventajas de la vida sanitaria siempre cambiante y excitante, cuyo único fin soñado es la gloria del triunfo al servicio de la población. Ellos a su vez deben partir con el rudo batallón, mientras tanto, se entrecruzan adioses que parten el corazón, lamentos, promesas, juramentos, suspiros, deseos… Una vez que ha cesado el reboloteo y las dos bellas compungidas pierden en el horizonte la estela de su arrebatado amor, ya sólo queda encomendarse a los dioses y que todos los elementos, olas vientos y mar sean suaves y propicios.

Ya de vuelta a la obligación Fiordiligi y Dorabella, Despina noble auxiliar de enfermería, trata de consolar a sus jefas, La moral de la joven, es similar a la de Don Alfonso, y los argumentos que emplea del mismo tipo, ¿Por qué atormentarnos con la partida? Por el contrario, deben tratar de aprovecharse alegremente de la situación de la separación, seguramente los prometidos, una vez lejos, hagan lo mismo. Por ello cuando más tarde, Don Alfonso le pida ayuda en su intriga, con la promesa de una cuantiosa compensación, esta le prestará sus servicios de manera solícita y bien dispuesta.

Mientras tanto Dorabella, desconsolada, ante quien osa burlarse frívolamente de su dolor, expresa sus ansias irrefrenables que le agitan el alma, ahogada en una angustia que le hace morir.

El filósofo sigue con su plan, y por medio de la hábil y pizpireta auxiliar intenta introducir en Urgencias a dos nuevos pretendientes, que no son otros sino Ferrando y Guglielmo disfrazados de especialistas de la nueva enfermedad que mantiene en un pulso brutal a toda la comunidad sanitaria. Los recién llegados haciendo gala de una afectada y desmesurada ternura, intentan cortejar a las dos desconsoladas jóvenes. Estas reaccionan indignadas a las declaraciones amorosas de dos individuos extraños, caóticos y estrafalarios, desdeñosas, arremeten como dos furias contra ellos sin saber que son sus dos jóvenes enamorados, que seguros de la fidelidad de sus prometidas se entregan a la alegría.

Pero la acción no acaba aquí, ya que hasta la mañana siguiente, según figura en la apuesta que han hecho, han de hacer lo que Don Alfonso maquinara con la ayuda de Despina. Ahora es el turno de la hermana mayor, Fiordiligi, que inconsolable, lamenta el alejamiento de su amado prometido, como una piedra inmóvil ante la tempestad su alma será fuerte en la fidelidad y el amor.

En un aparte Ferrando rememora el aire hermoso de su tesoro, dulce descanso de su corazón alimentado con las esperanzas del amor.

Los falsos médicos, instigados por el astuto mentor, siguen intentando una y otra vez con la ayuda de la inteligente y desenfada Despina, conquistar a las dos hermanas, hasta simulan un suicidio, por amor, por supuesto, por lo que ellas conmovidas por tal acción experimentan un primer y fugaz sentimiento de ternura, que influidas por la joven doncella ya no están tan seguras de su amor por sus alejados prometidos, y se dejan convencer para recibir esa misma tarde a los nuevos pretendientes, sus halagos y zalamarías ya que para no morirse de melancolía y divertirse un poco no hay que faltar a la fidelidad…

Con la complicidad de Don Alfonso y Despina,  Dorabella, se ocupa del disfrazado Guglielmo y Fiordiligi se encarga de Ferrando, se forman así las parejas, alteradas con respecto a las preferentes, Guglielmo intenta cortejar a Dorabella. Ésta no se resiste y acaba entregándole un medallón, con el retrato de Ferrando en su interior, a cambio de un colgante con forma de corazón. Ferrando tiene menos éxito con Fiordiligi, así que se enfada cuando más tarde descubre que el medallón con su retrato ha sido tan rápidamente entregado al nuevo amante. Guglielmo al principio simpatiza con Ferrando, pero luego presume, porque su enamorada le es fiel, y aunque aprecia al sexo femenino le reprende por el hecho de jugársela a tantos y tantos, mil veces las ha defendido pero ese pequeño vicio le llena de indignación pese a todas las gracias que el cielo les ha otorgado.

Dorabella admite su indiscreción. Fiordiligi, disgustada, decide seguir a los compañeros que han ido al frente para encontrar a su enamorado. Antes de que pueda irse, sin embargo, llega Ferrando y sigue cortejándola; al final, Fiordiligi acaba en sus brazos. Ahora le toca a Guglielmo desesperarse, mientras Don Alfonso triunfa. El viejo filósofo aunque todos acusen a las mujeres las disculpa si mil veces cambien de amor ya que a los que unos llaman vicio el llama necesidad del corazón, y que nadie condene el error de los demás sino el propio, ya que jóvenes, viejas, hermosas o feas, repitan conmigo… cosi fan tutte.

Ya no queda sino preparar las bodas. Despina, disfrazada de notario, presenta el contrato de matrimonio, y todos lo firman. Justo entonces se oye música a lo lejos, anunciando el regreso de los sanitarios del frente. Don Alfonso confirma los temores de las jóvenes: Ferrando y Guglielmo regresan en su uniforme oficial y manifiestan su amor. Don Alfonso les enseña el contrato de matrimonio, y, cuando lo leen, se enfadan. Entonces se marchan y vuelven poco después llevando parte de los disfraces. Se descubre que el notario era en realidad Despina y las hermanas se dan cuenta de que las han engañado. Don Alfonso restablece la paz y vuelve a juntar las parejas "correctas". Se hacen las paces pero queda la duda: ¿Acaso no habrían sido más felices las parejas "equivocadas" ?

Al final, todo se perdona, y el grupo entero alaba la habilidad para aceptar todos los momentos de la vida, tanto los buenos como los malos, con la moraleja: feliz aquél que todo lo toma por el lado bueno.