Taller de Música Barroca
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EL PROYECTO 

Este proyecto está encaminado a llenar un espacio no ocupado por ningún grupo musical hasta el momento en la ciudad de Cuenca, como es la existencia de una orquesta barroca con instrumentos originales compuesta mayoritariamente por músicos profesionales locales.

ANTECEDENTES

Como es sabido, en la segunda mitad del siglo pasado, muchos estudiosos, intérpretes y musicólogos iniciaron un movimiento de recuperación de repertorios antiguos, y no solo eso, vieron también la necesidad de recrear esos repertorios con instrumentos de la época o copias fieles a los mismos. La idea estaba bien clara: para poder acercarse lo más posible al sonido y las emociones emanadas de cualquier repertorio antiguo era necesario poder interpretarlo con los mismos instrumentos para los que los compositores crearon sus obras. 

Desde entonces han aparecido en la escena mundial multitud de grupos y orquestas con instrumentos originales, y hoy en día la patente realidad es que los programadores de los grandes ciclos y de conciertos contratan a orquestas y grupos con instrumentos de época para la interpretación de los repertorios antiguos, ya que a su vez el público así lo demanda.

Observando esta misma realidad vemos también que en muchos lugares de España, y Cuenca no es una excepción, no existen todavía grupos u orquestas de este tipo debido a las dificultades inherentes a su creación: formación estilística de los músicos, iniciarse en los instrumentos originales, y el deseado e imprescindible apoyo de las instituciones.

 La intención de este Taller de Interpretación Histórica es pues poner la primera piedra en un proyecto de estas características, presentando hoy a la ciudad el fruto del trabajo y el esfuerzo realizado por todos sus componentes a lo largo de varios meses.  

 LA CIUDAD Y SUS VOCES

Como es bien sabido, QCM cuenta con excelentes profesionales en el ámbito de la música y muy concretamente del canto, habiendo realizado una ingente labor en los últimos años creando una Escolanía de voces blancas y un Orfeón, y realizando a su vez numerosos espectáculos con la participación de solistas profesionales, sin olvidar la participación y la promoción de jóvenes talentos que de este modo tienen la posibilidad de formación a un alto nivel en su ciudad natal.

La aparición de  una orquesta barroca estable brindaría a estas agrupaciones una sólida base estilística sobre la que profundizar en la interpretación de repertorios antiguos, y de este modo la posibilidad de abarcar desde una nueva perspectiva los grandes repertorios vocales y corales de los siglos XVII y XVIII.

No cabe duda que para la población  de Cuenca, la experiencia de poder contemplar la génesis de este proyecto con una gran parte de músicos locales, cristaliza viejos anhelos e ilusiones, que esperamos de corazón, marque un antes y un después en la vida musical de esta maravillosa ciudad.

QCM

‘DIXIT DOMINUS’
Comentarios al programa

El Credo de Antonio Vivaldi, es una obra probablemente compuesta para los conciertos de la Pietà. Basado el Credo Niceno, el texto es declamado por las voces mediante una textura homofónica en su casi totalidad, a excepción del Crucifixus y de un pequeño fugato en el final de la obra. La sorpresa de esta obra radica en la vehemencia insistente de las cuerdas, así tratadas con el propósito de realzar el mensaje y exhortar tanto al creyente como al no creyente. Es difícil permanecer impasible durante su escucha y no dejarse llevar por la emoción, ya que Vivaldi combina con supremo oficio elementos altamente contrastantes, haciéndolo siempre de una forma original y sorprendente y facilitando la alquimia de sonidos en afectos.

El concierto para cuerdas RV 156 es uno de los más bonitos, altamente popular, y por ello muy frecuentemente interpretado en las salas de conciertos de todo el mundo. De su tonalidad, sol menor, escribía Johann Mattheson que era útil tanto para expresar el lamento como para mostrar una alegría moderada, prestándose a lo tierno y a lo remansado, a la vez que al deseo ardiente y a lo divertido. Vivaldi juega de manera brillante con las estructuras, los elementos retóricos, los colores y las armonías para desplegar una paleta exuberante digna del mejor lienzo de la escuela veneciana.

Dixit Dominus, compuesta por Händel a los 22 años y completada el domingo de Resurrección de 1707, es la primera obra manuscrita que se conserva del compositor alemán. Händel se encontraba por aquel entonces en Italia y por ello la obra fue estrenada en Roma. En ella Händel desborda todo su joven genio y creatividad, gestando una obra magnificente y de muy difícil ejecución tanto para los instrumentos como para las voces, importando la tradición coral alemana y fundiéndola de manera magistral con la fuerza y la emoción propias del estilo italiano, que recién estaba descubriendo de la mano de Corelli y sus coetáneos. A lo largo de toda la obra, el texto del Salmo 110, uno de los más utilizados por los compositores en sus obras a lo largo del Renacimiento y del barroco, mana a través de la partitura de manera excelsa, rebosante de momentos de gran belleza e inspiración, y fluyendo hacia el único destino posible:  la espiritualidad del alma humana.

 

J. M. Saperas